Hay muchas cosas que leer y nadie sabe qué es la literatura.
Por cierto, ¿qué es la literatura?
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Muchas veces uno lee hacia atrás. Empieza hoy y termina ayer.
Hacer reseñas de libros es inútil, pero también es inútil leer libros
O no.
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Yo no hago (no suelo hacer) reseñas de libros.
Yo leo un libro y trato de pensar.
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Pensar es algo muy sencillo y también algo muy complicado.
Por regla general, todo el mundo piensa eso.
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Yo no soy todo el mundo, le dijo V. S. Naipaul a su amigo Paul Thoreaux.
(Thoreaux y Naipaul, por cierto, ya no son amigos)
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La literatura, esa cosa que nadie sabe qué es, debería servir para algo.
¿Para qué sirve la literatura?
Para saberlo, ah, deberíamos saber qué es.
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Yo soy escritor. Tú eres escritor. Él es escritor.
Nosotros. Vosotras. Ellos.
Todos escribimos.
Todos (supuestamente) leemos y todos (supuestamente) pensamos.
Pero NO somos todo el mundo.
¿Por qué lo hacemos, entonces?
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Escribimos, por ejemplo, porque leemos.
Leemos, se me ocurre, porque pensamos.
Y pensamos, valdría decir, porque escribimos.
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Podría ser así. Pero tal vez no es así.
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¿Y si sólo lo hacemos para pasar el rato?
A mí, a bote pronto, a vuela pluma, sin pensarlo demasiado, se me ocurren 17 formas más “útiles” de pasar el rato.
Dormir. Comer. Beber. Hacer el amor.
Decirle a tu madre que la quieres.
Decirle a tu padre que le quieres.
Decirle a…
En fin, 17.
Pero así y todo leo, sigo leyendo, aunque no tanto porque hay 17 cosas (tirando por lo alto) que a priori parecen más “útiles”.
(La pertinencia de la utilidad será tratada en otro momento y en otro lugar)
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Max Frisch es un escritor único en el que yo, sin embargo, he leído a otros escritores.
Escritores que leí antes pero escribieron después.
Kafka y sus precursores, que diría Borges.
Como me gusta Foster Wallace y a Foster Wallace le gusta Don DeLillo, yo leo a Don DeLillo.
Como me gusta Bolaño y a Bolaño le gusta Wilcock, yo leo a Rodolfo Wilcock.
Como me gusta Borges y a Borges le gusta la buena literatura, yo leo buena literatura.
Pero a lo mejor no es verdad. A lo mejor todo es mentira.
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Hay muchas cosas que leer y nadie sabe qué es la literatura.
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Max Frisch, muchas veces, se anticipó a su tiempo, pero yo no lo leí en su tiempo.
Lo leí más tarde, a destiempo.
Pero Max Frisch escribía sobre su tiempo, un tiempo que apenas viví.
Max Frisch vivió de 1911 a 1991.
Escribió algunos libros buenos que sí he leído (más tarde).
Homo faber. Stiller. Montauk. Y ahora,
El hombre aparece en el holoceno.
Este último, en concreto, ha llegado a mí, a nosotros, lectores del siglo XXI, demasiado tarde, pero ha llegado, en una ligera y hermosa edición gracias a Alpha Decay, que sensata o irónicamente lo ha encuadrado en su colección héroes modernos.
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Gracias, por cierto, a las editoriales independientes y a sus editores nos llegan libros que desconocíamos o habíamos olvidado.
Coro: ¡Larga vida a los editores independientes!
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Hay muchos libros a nuestro alcance y NO todos merecen la pena.
Pero este sí. Para mí, al menos, sí.
Quizá no para todo el mundo, porque yo no soy todo el mundo.
Para mí, Georges Perec merece la pena; para mucha gente, no.
Para mí, Isabel Allende, por ejemplo, no merece la pena; para mucha gente, sí.
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Hay muchas maneras de leer y nadie sabe qué es la literatura.
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Por cierto, ¿qué es la literatura?
Ahí va un pequeño muestrario de respuestas para salir del paso: (Te recomiendo que marques con una X lo que corresponda en tu caso, o añadas, en tu caso, lo que corresponda…)
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La literatura es un antídoto, es una válvula de escape, es una manera de adquirir conocimientos, de vivir otras vidas, de olvidar, de recordar, de fantasear, es una purga, es una expiación, es una lucha contra el tiempo que nos consume día a día, es una manera de cambiar el mundo, es una manera de aceptar el mundo, es un simple divertimento, es una soberana gilipollez, es una manía como cualquier otra, es un aburrimiento, es un antídoto contra las drogas, es una droga, es una causa de la soledad, es una consecuencia de la soledad, es una salvación frente a la soledad, es una alternativa a la prostitución, es una manera elegante de prostituirse, es una cura, es una condena, es una poetización de la nada, es una metáfora de la evolución humana, es una discusión con nosotros mismos, es una manera de relacionarnos con personas que jamás conoceremos, es una pose intelectual, es una conversación con seres más inteligentes que nosotros, es un soberbio acto de esnobismo, es una degradación de la realidad, es una exaltación de la realidad, es una mistificación de la realidad, es una realidad, es la única realidad por la que vale la pena seguir viviendo en este mundo que es tan y tan cruel y que no nos da tregua, es la mejor representación del mundo, es el mundo, no es nada.
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La literatura, pienso ahora, después de leer lo que Max Frisch escribió en El hombre aparece en el Holoceno, es más o menos todo lo escrito anteriormente al mismo tiempo, y puede que alguna cosa más.
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Pero, en fin, qué sé yo.
Hay muchas cosas que leer y nadie sabe qué es la literatura.
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Por cierto, ¿lo sabes tú?
