El bullying es el anglicismo que se usa para definir un tipo concreto de acoso: el acoso escolar. Sus antecedentes terminológicos hay que buscarlos en un autor, Leymann, quien en la década de los 80 habla por primera vez de mobbing y lo define como: “el continuo y deliberado maltrato que recibe un trabajador por parte de los jefes o de los otros trabajadores para conseguir su destrucción psicológica y obtener su salida de la organización”. Muy relacionado con este se encuentra el bullying, o pautas de actuación que, en el medio escolar, son utilizadas por unos alumnos para intimidar o amedrentar a otros alumnos o a los profesores.
Desde el punto de vista psicopatológico las víctimas del bullying actuarían en cierta media como un protector del resto de los alumnos. El alumno acosado se convierten en un ser dócil para de esta forma asegurar su supervivencia en el grupo y poder seguir con su actividad.
Si algo caracteriza y diferencia al bullying de los enfrentamientos que las relaciones humanas se pueden producir, es que en el caso del bullying las acciones son deliberadamente hostiles y se llevan a cabo de forma encadenada y continuada. El objetivo es la exclusión, destrucción y salida de la victima del grupo. Para ello debe contar con la permisividad, o, cuando menos, pasividad del resto de los compañeros.
Estos días hemos visto como un alumno de 17 años de un colegio de Villena ha tenido una reacción anormal, entrando en clase armado con un cuchillo agrediendo a varios compañeros y provocando además del lógico sobresalto varios heridos.
Al parecer el muchacho estaba sufriendo bullying y estallo dando lugar a una conducta claramente patológica, desproporcionada y brutal, pero en cierta manera comprensible desde la óptica de la víctima. Una compañera y amiga del agresor ha dado la clave de lo ocurrido: “Le ponían motes, apelativos molestos, era el objeto de gracia y burla de la clase“, “estaba traumatizado” y lo que hizo fue “una vía de escape”.
El acoso psicológico es una conducta por desgracia frecuente a la par que destructiva para quien la sufre, ya que socava su autoestima y produce un estado de ansiedad mantenido. Según como sea la personalidad del acosado asi será la respuesta, que irá desde la depresión, la angustia, el suicidio o, como es este caso, la violencia extrema hacia su entorno.
Debemos ser conscientes de la existencia de este problema. Es necesario prevenir y no limitarnos simplemente a exclamar nuestro enojo e indignación. No se trata de estigmatizar a nadie, ya que el agresor a su vez suele ser también victima de un incipiente trastorno de la personalidad, o cuando menos, de una educación inadecuada o deficiente. El bullying es una muestra mas de la capacidad predadora del ser humano dispuesto a hacer daño sin necesidad y cuyo fundamento está muchas veces paradójicamente en la envidia y en los celos.
