Donald Trump

Donald Trump en el psiquiatra

Donald Trump en el psiquiatra

Estos días se viene hablando de la existencia de un posible trastorno psíquico del presidente de los Estados Unidos de América. Y quien hace esta afirmación no son periodistas, ni políticos, ni tampoco gente de la calle. Son, según afirma el Diario de tirada nacional Publico, expertos norteamericanos en salud mental.

Al parecer, y según refleja dicho periódico, un grupo de psiquiatras estadounidenses (35 en concreto) han afirmado por escrito que el presidente Trump, padece, y cito textualmente: “una grave inestabilidad emocional” que le hace “incapaz de servir con seguridad como presidente”, “es incapaz de tolerar opiniones diferentes a las suyas, debido a un mito personal de grandeza”. Estos expertos añaden por último: “Los individuos con estos rasgos distorsionan la realidad para adaptarla a su estado psicológico, atacando a los hechos y a quienes los transmiten”.

DONALD TRUMP

Cuando leí la noticia me quede estupefacto y también asustado, lo confieso. Una cosa es que la llamada “opinión publica” diga que tal o cual personaje publico es mas o menos raro, excéntrico o peculiar, y otra muy diferente es que las afirmaciones vengan de especialistas en la materia, se hagan además por escrito y que sean tan contundentes y descalificadoras. Esto, o es un brindis al sol y una falta de rigor profesional, o bien disponen de información privilegiada para pronunciarse en esos términos.

Veremos lo que el tiempo nos depara, pero si el señor Trump posee lo que dicen mis colegas norteamericanos, lo tenemos claro, y crudo. Lo que nos están describiendo estos médicos sería cuando menos un trastorno de la personalidad del espectro narcisista-histriónico, o incluso algo mas grave como puede ser un trastorno de la impulsividad y de la afectividad.

Con esos mimbres cualquiera de los mortales se convierte en un sujeto altamente problemático, pero si los tiene el hombre mas poderoso del mundo estaríamos ante un peligro de gran calado para la humanidad. Disponer de tanto poder político, de una importantísima potencia militar, de tanto potencial económico y tener un desequilibrio emocional como el que se nos retrata, es como dejar que un niño manipule una bomba atómica y que en una de sus rabietas pulse el botón rojo y nos vayamos todos a otra dimensión.

Quiero creer, mejor dicho, necesito creer, que son exageraciones, distorsiones o incluso rumores ruines que pretenden descalificar y dañar la imagen publica de un personaje, eso si, especial y curioso, pero no un trastornado. Cierto que sus apariciones publicas y comentarios hasta ahora quizá no han sido muy afortunados. Pero de ahí a tener un desequilibrio tan severo de la personalidad o incluso una enfermedad mental, el camino es diferente y las consecuencias también.

Además, la segunda reflexión que rápidamente nos surge sería, ¿qué tipo de ciudadanos le dan la confianza a un trastornado? ¿como estarían mentalmente entonces aquellos que le han votado? Por eso estoy seguro que “ni la sangre llegará al rio”, “ni es tan fiero el león como nos lo pintan”, o incluso, como el mismo se quiere pintar.

Es probable que el señor Trump tenga rasgos de tipo histriónico o incluso narcisista. Acepto que pueda tener también rasgos paranoides en su personalidad, pero eso no tiene por que conllevar “una grave inestabilidad emocional”. Es mas, algunos políticos que nos son mucho mas cercanos también los tienen, y ello no les hace trastornados ni enfermos. Una cosa es que la forma de ser de un sujeto tenga rasgos anómalos y otra tener un trastorno (enfermedad) de la personalidad, de la afectividad o de la impulsividad.

Es necesario medir mucho las palabras, sobre todo cuando se habla desde la ciencia médica y con mensajes dirigidos a una sociedad amplia y heterogénea cultural y socialmente. Por ahora lo que podemos afirmar es que el presidente de los Estados Unidos de América es un personaje peculiar, muy espontaneo, locuaz, vehemente, y diferente de lo que ha sido su antecesor y con una pauta de conducta en muchos sentidos sorprendente.

Pero de ahí a emitir un mensaje tan duro, el camino es largo y tortuoso. El tiempo, como siempre, pondrá las cosas en su justo término. Confío, deseo y creo que estamos mas ante una noticia sensacionalista que ante un diagnostico riguroso y fundamentado.

 

 

 

 

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