Sin haberse aún estrenado en salas comerciales en Estados Unidos, el drama Manchester by the sea, aclamado en la última edición del festival de Sundance, ya está considerado por muchos críticos y periodistas especializados del país como uno de los títulos que parten como favoritos en la temporada de premios que se avecina. En España tendremos que esperar todavía hasta el 13 de enero para verla en los cines, pero de momento merece la pena compartir la historia íntima detrás de la escritura y el rodaje del filme que ha revelado esta semana el medio especializado Vulture.
El guionista y director de la película Kenneth Lonergan había caído en una profunda depresión después de que su anterior filme, Margaret (2011), no funcionara en taquilla. Tras su paso por los cines había mantenido una larga batalla con el estudio que lo había producido, Fox Searchlight, para tratar de remediar un montaje diferente al comercializado y mucho más acorde a su visión autorial. Y aunque el montaje definitivo es una joya que pronto ha sido reivindicado como un título de culto, Lonergan terminó exhausto, deprimido y prácticamente arruinado. Tanto, que parece ser que muchos de sus amigos estaban muy preocupados por su salud física y mental. Y entonces llegó Matt Damon, a quien había dirigido en aquella película, y le puso a trabajar. “Escribe algo, diviértete”, le dijo. En principio el actor quería dirigir y protagonizar la película, pero finalmente le cedió la silla a su amigo y el papel protagonista a otro colega, Casey Affleck, que comparte protagonismo con Michelle Williams.
A varios meses de distancia de que se anuncien las nominaciones de los grandes premios y sin haber visto este filme (aunque sí Margaret, que insisto es una maravilla), apuesto que Lonergan se lleva el Oscar al mejor guion original. A la Academia le encantan las historias de superación personal y la filtración de la intrahistoria de Manchester by the sea es un hermoso acto de campaña.
—
A todo esto, hoy es viernes.