Fuera de campo

El fuera de campo es un concepto esencial de la puesta en escena cinematográfica que representa todo aquello que no se ve en el plano encuadrado por la cámara, pero que tiene importancia en términos narrativos. A veces, incluso, un fuera de campo puede ser el origen de una película.

Así al menos lo expresa el cineasta italiano Daniele Vicari (Castel di Tora, 1967), director del filme Díaz (2012), que llegó a los cines españoles el año pasado. Explica Vicari que el origen de ese filme, su cuarto largometraje de ficción, se remonta al día después que tuvieron lugar los hechos que describe: “La cosa que más me impresionó de lo que ocurrió en Génova fueron los gritos fuera de campo de quienes estaban siendo apaleados por la policía dentro e la escuela Díaz. Desde ese momento, mi obsesión ha sido meterlos en campo para que nadie pudiese decir que no era cierto”.

Aquello ocurrió en el año 2001 durante los tres días en los que Génova albergó una cumbre del G-8 que pasaría a la historia por el asesinato del activista Carlo Giuliani, primer mártir del movimiento antiglobalización. Fueron días confusos en los que esta pequeña ciudad del norte de Italia recibió a cientos de miles de manifestantes, la mayoría pacíficos, que protestaban contra la cumbre del grupo de países más poderosos del planeta y, al mismo tiempo, se reforzó con agentes de policía de todo el país, que fueron sometidos a una presión inaudita y no supieron reprimir sus instintos ni representar dignamente la autoridad que les concede el Estado. Los altercados de la escuela Díaz, que ocurrieron después de la muerte de Giuliani, representan la mayor violación de los Derechos Humanos en la Europa Continental desde la Segunda Guerra Mundial. Y sin embargo, todos los agentes implicados salieron impunes de todos los cargos de los que se acusaban.

La película de Vicari recrea de manera fidedigna todo lo que ocurrió dentro. De hecho, dice el director, tuvo que rebajar el nivel de violencia que sufrieron las víctimas para que fuera soportable para el espectador medio y suprimió algunos pasajes que harían las delicias de cualquier amante del género splatter.

Han pasado tres años desde el estreno del filme, pero Vicari sigue representándola en Italia a pesar de que ya está inmerso en otro proyecto (titulado Bianco, sobre una accidentada expedición en el Mont Blanc). “Lo que ocurrió en Génova solo pasa en un país de gente dormida. Una cosa tan simple como el respeto del hábeas corpus es lo que diferencia un régimen democrático de uno totalitario. Debemos conocerlo y seguir denunciándolo”, dice.

 

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