Automatismo

En su novela Pastoral americana (1997) el escritor estadounidense Philip Roth reconstruye la tragedia de Seymour Levov, exatleta, veterano de guerra y empresario de éxito cuya vida de sueño americano da un vuelco después de que su hija perpetre un atentado con motivaciones políticas a finales de los años sesenta. La terrorista adolescente, Merry, escapa de casa y desaparece de sus vidas, pero condena a los Levov al oprobio. Woody Allen parece haberse inspirado en la parte que Roth omite en su novela para escribir Crisis en seis escenas, su serie para la plataforma digital Amazon Prime Video, disponible íntegra para sus usuarios desde el pasado 30 de septiembre. Seis capítulos de poco menos de media hora en los que el neoyorquino escribe su propia pastoral pasada por el filtro de la comedia.

Resulta llamativo que Allen haya escogido a la actriz y cantante Miley Cyrus para interpretar a la joven rebelde Lennie, en busca y captura por sus acciones violentas. Cyrus, crecida en un set donde protagonizaba la serie Hannah Montana que la forjó como ídolo de adolescentes, y reconvertida en estrella del pop transgresora por obra y gracia de una estudiada campaña de markéting de su discográfica, escupe elaboradísimas diatribas sobre la necesidad de tomar las armas contra la guerra de Vietnam y el capitalismo americano, lo que representa en sí mismo todo un gag humorístico que el autor puede apuntarse a su favor. Allen interpreta a su enésimo álter ego, Sidney J. Munsinger, un escritor en horas bajas ateo, hipocondríaco y balbuciente, que no ve con buenos ojos que su esposa Kay (encarnada por la directora, escritora y actriz Elaine May) hospede a la revolucionaria en casa, que además ha enamorado al otro huésped de la pareja, un prometedor estudiante de finanzas que amenaza con dejarlo todo para marcharse a Cuba.

El marxismo de Allen.

En una entrevista concedida el pasado mes de mayo a The Hollywood Reporter, Woody Allen, rebajaba las expectativas que había generado la serie. “Espero que entretenga al público, pero no creo que ponga en pie una religión”, decía tratando de descargar la responsabilidad. En esa misma entrevista reconocía que no había vuelto a ver ninguna de sus películas y confesaba que “salvaría muy pocas” de las que ha dirigido. A sus 80 años, ha dirigido 47 películas con un ritmo ininterrumpido de una al año desde 1982 y ha sido galardonado con 4 Oscars. Podría pensarse que tiene poco que demostrar a estas alturas, pero la inseguridad a veces se muestra tan inseguro como muchos de sus personajes proviene de sí mismo.

Sin embargo, la serie contiene grandes ideas e inteligentes escenas de humor, como el hilarante club de lectura en el que una docena de mujeres burguesas discuten el contenido del Libro rojo de Mao; la referencia al ostracismo autoinfligido de Salinger (clave en el desenlace) o esa cita a la escena del camarote de los hermanos Marx de Una noche en la ópera (el único marxismo que profesa el director). Lennie, como el enigmático visitante de Teorema de Pasolini, revoluciona el hogar y después se marcha. Pero en este caso la huella que deja es mínima y el orden se reestablece. Allen esboza una sutil crítica a una progresía intelectual -en parte su público-, capaz de abrazar causas que desafían los fundamentos políticos y culturales de su país, pero se queda en la intención, dando la sensación de que a veces escribe y rueda en piloto automático. A la Pastoral americana de Roth no le hace falta ninguna apostilla, pero Crisis en seis escenas podría haber sido una óptima reflexión al margen.

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