Editar y resistir. V. CABALLO DE TROYA

Ocurre muchas veces que el nombre de una editorial es tan importante para entender su labor en el mundo como los títulos que publica. Desde sus inicios, la editorial Caballo de Troya fue precisamente eso, una estatua de madera en la que se escondían unos cuantos escritores y unas cuantas escritoras para asaltar la ciudad inexpugnable de la literatura. Vinculada al grupo Random House Mondadori desde el año 2004, el editor Constantino Bértolo logró esconder en esa estatua, primero, y luego sacarlos a la clara luz del alba, a escritores que ahora son conocidos por todos. Marta Sanz, Mercedes Cebrián, Damian Tabarovsky, Lolita Bosch y Fernando San Basilio se valieron de esta armadura para entrar en el coto privado que es la literatura para los escritores jóvenes con ambiciones literarias por encima de las meramente económicas o directamente populistas.

La escritora Elvira Navarro publicó su primera novela dentro de ese caballo. La ciudad en invierno le valió el Premio Nuevo Talento FNAC y le sirvió para dar el salto al primer equipo. Mondadori publicó su segundo libro, La ciudad feliz, que obtuvo el XXV Premio Jaén de Novela y propició que la revista Granta incluyera a su autora entre los 22 mejores narradores en lengua castellana menores de 35 años. A principios de 2014, Navarro publicó su tercera obra, La trabajadora, una novela cruda, escrita con las vísceras para lectores que no se conforman con la versión oficial de lo que pasa en el mundo y en la mente de las personas.

Desde junio de este año, unos meses después de que el grupo Random House Mondadori se uniera al gigante Penguin para forman Penguin Random House, y unas pocas semanas más tarde de que Bértolo se bajara del caballo lamentando que las otras tareas de un editor le dejaban “poco tiempo para leer”, Elvira Navarro tomó las riendas como editora invitada, reivindicando la herencia de su antecesor y prometiendo seguir su estela. A saber: publicar libros de autores inéditos o casi desconocidos; dar voz a quienes no la tienen; escoger a aquellos escritores que no tienen miedo de romper las convenciones literarias; y dar visibilidad a aquellas escritoras que no se amilanan ante las sombras que proyectan las murallas más elevadas y misóginas de la literatura.

Caballo de Troya sigue existiendo, aunque su estatua sea cada vez más pequeña y el castillo a derribar cada vez más grande, porque todavía hay valentía en los escritores y en los editores, porque una de las cosas que deben hacer los editores y los escritores que se atrevan a llamarse así es hacer saltar las alarmas desde dentro, ocultarse juntos en una estatua y luego salir a cielo abierto y, mientras el editor se viste de bufón y distrae al rey, el escritor esparce por el palacio viejas palabras y nuevas ideas, como si fueran llamas dispuestas a consumirlo todo.Elvira Navarro

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A continuación, las originales respuestas de Elvira Navarro a preguntas que no lo son:

  1. ¿Para qué sirve la literatura?

No hay una sola respuesta para esto. A nivel individual puede servir para conocer, pero también para desconocer. Alguien puede querer despertarse o dormirse, y por el camino la literatura le puede hacer cambiar de parecer. Cuando había dinero la literatura podía servir para desclasarse, y ahora sólo sirve para ser precario. La literatura puede ser también un aprendizaje de la libertad (de pensamiento, de imaginación) o todo lo contrario. En términos de comunidad también tiene todos estos usos. Dialoga con lo que hay. Está a su servicio o lo impugna.

  1. ¿Por qué seguir editando libros y qué significa ser un editor independiente?

Mientras se siga leyendo hay que editar. Yo no creo en esencialismos. La literatura puede desaparecer si no le sirve a nadie para nada. Sin embargo, ese momento no ha llegado. Ser un editor independiente significa tener dinero para publicar lo que considere oportuno y no lo que necesita para que su editorial sobreviva. O dicho de otro modo: un editor independiente es un espejismo. Todas las editoriales dependen del mercado. Ahora bien, se puede ser un editor responsable que procura aprovechar sus ganancias para publicar libros con los que no va a ganar nada en términos económicos, pero sí en términos de aportar valor literario a la comunidad.

  1. ¿Cuándo se acabará el mundo… en papel? 

Me niego a hacer vaticinios. En todo caso, aún no he conocido a nadie que me hable del inmenso placer de leer en e-book.

  1. ¿Confía en descubrir a un gran autor/autora contemporáneo?

Ojalá. Yo haré todo lo posible.

5. ¿Cuál es la mejor herencia de Constantino Bértolo?

Constantino Bértolo es un editor y un pensador enorme. Su mejor herencia es su visión de lo que es un editor: alguien que interviene en el discurso de la polis a todos los niveles en la medida en que los libros nos ofrecen, de forma implícita o explícita, posibilidades de acción.

 

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