Memoria portátil

A veces llega un momento en que te haces viejo de repente y te olvidas de un montón de libros que has leído y películas que has visto (entre otras muchas cosas a las que has dedicado tu tiempo) y si eres afortunado, te recuerdas que aquel libro te gustó o aquella película te pareció un horror. Y entonces, en un principio, inmerso en la fase de negación, te dices: “Si lo he olvidado es que no merecía la pena”. Pero es una chorrada, y lo sabes, y al final acabas aceptando que tienes que hacer algo para remediarlo. Y ese algo es tomar notas, hacer fichas y redactar reflexiones. Y te seguirás olvidando de las cosas, pero al menos tendrás a mano algo que tú mismo has escrito y que es menos laborioso que releer una novela o volver a ver una película.

Hace un par de años intenté Letterboxd, una red social para compartir gustos y opiniones cinéfilas, pero no le encontré el gusto. Hay quien adora Filmaffinity, pero el sistema de estrellitas me resulta demasiado simple -y poco útil-. Y hay quien se gasta un pastizal en cuadernitos de una cierta marca -costosa-, pero mi letra es terrible. Así que yo uso el mismo programa que utilizo para trabajar -Google Drive- y trato de organizarme como bien puedo con el sistema de carpetas para construir una base de datos que me ayude a poner en orden mi memoria.

A partir de hoy compartiré en este blog mis fichas, a medida que descubro o revisito películas.

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