Tras de mí una escena
y diez mil frases que repetir.
Ya ves, lo que es no es.
Yo no voy a contar lo mejor,
a ocultar lo peor,
me pongo el mejor chaqué.
No digo lo que digo,
hago lo que no hago.
Al revés, al revés.
Porque ser valiente
no sólo es cuestión de suerte.
Estas son las dos primeras estrofas de una canción de Vetusta Morla. Y también definen muy bien la actitud con la que nuestros líderes –españoles y europeos- se enfrentan a la realidad en estos días tan cruciales para la economía patria.
Ahí van tres ejemplos de que lo que es no es, es, y viceversa.
-Según parece, España no será objeto de un rescate, sino de un rescate encubierto, es decir, que será rescatada, pero sin llamarlo así. Este es el plan que toma cuerpo en Berlín, que consistiría en un rescate similar al que ya se aplica en Grecia, Portugal e Irlanda, pero, como ocurre tantas veces en la UE, se explicaría como otra cosa. Si es un rescate sólo de la banca y bajo qué condiciones, aúo se sabe, aunque en el PSOE se da por descartado que, encubierto o no, un rescate de España como país o de sus bancos, conllevará los ajustes que faltan: más bajadas del sueldo los funcionarios y disminución de las pensiones y del seguro de desempleo. En todo caso, el trámite previo exigirá que, como han hecho otros países rescatados, el Gobierno español lo pida, algo a lo que de momento se resiste Mariano Rajoy, al mismo tiempo que reclama fondos para los bancos.
-Alemania se sigue negando a que el fondo de rescate europeo inyecte dinero directamente a los bancos y sólo aceptaría una intervención tradicional, es decir, fondos de rescate que van a parar al Gobierno, soberano para hacer con ellos lo que estime oportuno. Esto es precisamente lo que, se supone, acaba de hacer Portugal, a quien la troika acaba de ingresar el quinto tramo de su rescate, por valor 4.100 millones de euros. Inmediatamente, el Gobierno ha transferido 6.600 millones a los tres principales bancos del país. Una diferencia casi invisible en la práctica entre rescatar directa o indirectamente dinero a los bancos.
-El futuro y la salud de la banca española y la decisión sobre un rescate español –más o menos encubierto, del Estado o de los bancos- se decidirá a la luz del ya mítico informe que publicará el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 11 de junio, antes de la Cumbre de la UE de finales de junio donde se tomarán estas decisiones. También serán cruciales las conclusiones de las cuatro auditoras –Deloitte, Ernst&Young, KPMG y PwC- a las que el Gobierno ha contratado para sacar a la luz las cuentas reales de los bancos.
Al externalizar estos trabajos, el Gobierno demuestra que no se fía demasiado del supervisor –el Banco de España- y que admite que fuera tampoco goza de gran credibilidad.
Sin embargo, tanto el FMI como las consultoras sólo manejarán datos contables del Banco de España sobre las entidades españolas.
De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha confirmado en conversaciones discretas con parlamentarios que, efectivamente, el Gobierno ha pactado con el FMI las conclusiones de ese informe tan crucial y para ello, el Banco de España ha enviado a Nueva York un documento base.