Dice Werner Herzog, tan sobrao como de costumbre, que los storyboards son para los cobardes. Él planta la cámara por puro instinto animal porque tiene cada escena en la cabeza y no le hace falta un dibujito en un papel para recordarse cómo debe encuadrar a los actores. Y eso es maravilloso. Alfred Hitchcock, por el contrario, necesitaba todo dibujado antes de ponerse a rodar porque para él cada toma, cada ángulo, cada posición tenía que abundar en el campo semántico de sus ideas. Más que cobarde, era un maníaco del control, como todos a estas alturas de la película sabemos. Los hermanos Coen comparten manías con el director de Vértigo y les gusta tener todo esbozado para que sus ideas no se pierdan en un arrebato de improvisación.
El fotógrafo Grant Delin ha montado un vídeo en el que compara por yuxtaposición los dibujos del storyboard original de Sangre fácil (1984), primer largometraje de los Coen, con las escenas rodadas finalmente para demostrar el cuidado por los detalles del tándem ya desde su ópera prima. El vídeo (en inglés) lo ha publicado Criterion, el sello audiovisual que edita y remasteriza clásicos del cine, para celebrar la próxima incorporación de este filme a su catálogo.