Canal + emite Una vacante imprevista, una miniserie de tres capítulos basada en la novela homónima de J.K. Rowling, autora de la saga Harry Potter.
En octubre de 2012, la escritora inglesa J.K. Rowling, creadora de la saga de literatura juvenil Harry Potter, viajó a Estados Unidos para presentar su primera novela para el público adulto, titulada Una vacante imprevista (editada en España por Salamandra). Una de las entrevistas que concedió durante esa gira promocional, al humorista Jon Stewart, presentador del late night The daily show, se convirtió en un fenómeno viral en las redes sociales que se ha recuperado recientemente con motivo de las elecciones generales de Reino Unido del pasado 7 de mayo. “No podría haber escrito esta novela si no hubiera sido porque durante unos años fui, de verdad, tan pobre como se puede ser en Reino Unido sin ser un sintecho -respondió la madre de Harry Potter a la pregunta sobre los temas sociales que tocaba en su libro-. “Tenía amigos que me ayudaron, pero ni ellos ni mi familia tenían la posibilidad de darme una casa, de modo que tuvimos [ella y su hija pequeña] que acogernos al programa de bienestar social”.
Hasta ahí, el caso de una madre divorciada que acaba convirtiéndose en una de las personas más ricas de su país después de haber escrito la saga de novelas más vendidas de la historia (adaptada al cine en la saga de películas más taquillera de la historia) podría interpretarse como el paradigma del thatcherismo. Pero Stewart, uno de los baluartes progresistas de la televisión estadounidense, hizo un comentario cómplice para que la madre del aprendiz de mago matizara su respuesta: “Podríamos decir que el suyo es un buen ejemplo de inversión del Estado”. Y Rowling recogió el guante con una sonrisa: “Sí, lo soy, y estoy todavía muy agradecida. El Gobierno garantizó mi subsistencia durante años y esa es una de las razones por las que pago impuestos y no me he mudado a Mónaco”. Con esa sencillez se declaró a favor de los subsidios públicos y explicó en qué consiste esa idea a veces tan vaporosa de lo que significa el patriotismo. Pero si quedan dudas sobre lo que piensa esta mujer sobre el compromiso social, lo mejor es leer su novela o ver los tres capítulos de la adaptación a la televisión que han coproducido BBC One y HBO, y que se puede ver en España Canal + desde el pasado 31 de mayo.
Una vacante imprevista es una comedia trágica -así la definió Rowling en su momento- que presenta un conflicto de intereses en la ficticia localidad de Pagford. La repentina muerte de uno de los concejales, Barry Fairbrother, un campeón de las causas perdidas, desata una guerra electoral para sustituirlo y desbloquear de este modo la votación que decidirá si el proyecto de viviendas protegidas continúa o bien se permite la recalificación de los terrenos para la construcción de un balneario que “ponga a la localidad en el mapa”, según sus partidarios. El protagonismo de la serie, fiel al texto original, se distribuye en un reparto coral que representa una versión en miniatura de las clases sociales británicas. Y es de esta forma cómo se dan a conocer las relaciones que los unen y los separan, así como los esqueletos que guardan en sus respectivos armarios.
A pesar de que cae con frecuencia en estereotipos y en lugares comunes, sobre todo en el retrato de sus personajes principales, la miniserie construye un universo muy pintoresco que mantiene pegado a la televisión hasta la resolución del conflicto. Recuerda, en sus mejores momentos, al Twin Peaks concebido por David Lynch (este director confesó que hubo momento en que dejó de importarle el crimen que había disparado la trama cuando se enamoró de los habitantes del pueblo que se había inventado). Aquí, en principio, no hay un asesino al que atrapar, pero Pagford acabará teniendo a su propia Laura Palmer y dejará al espectador que resuelva la incógnita que formula uno de los caracteres secundarios: “¿Y entonces de quién es la culpa?”. La respuesta tiene mucho que ver con lo que piensa Rowling del patriotismo.