A pesar del empeño de Lorena, mi profesora de Literatura del bachillerato, por descubrirnos las posibilidades del lenguaje que escondía la exactitud de la métrica o las imágenes que reproducían una determinada cadena de versos, un descerebrado como yo solo pudo ser capaz de entenderlo a través de las canciones de un grupo de rock. Si no hubiera sido por Extremoduro -y toda la teoría previa que me había enseñado Lorena y que de alguna manera milagrosa se quedó grabada en mi memoria- no habría sido posible que yo me lanzara voluntariamente a leer poesía. El grupo liderado por Robe Iniesta me ha enseñado a recitar Por tierras de España, de Antonio Machado, pero también me ha descubierto a Marcos Ana a través de la canción Te juzgarán por tus errores (yo no), inspirada en Las soledades del muro. Si no fuera por Extremoduro y por Lorena, hoy no tendría motivos para sentirme tan triste. Y solo puedo sentirme agradecido por ello. Que la tierra te sea leve, poeta.
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Este viernes es mucho más frío que otros, y no necesariamente por los motivos que hacen oscilar un termómetro. Si quieren refugiarse en el cine, aquí tienen un par de consejos.
