La última película del cineasta Sidney Lumet (1924-2011) fue un compendio estilístico y temático de su abundante producción, que incluye clásicos como 12 hombres sin piedad (1957), Serpico (1973), Tarde perros (1975) o Network, un mundo implacable (1976).
Diferentes puntos de vista y una sutil lectura sociopolítica para ilustrar complejos personajes de bajos fondos y malas calles envueltos en un atraco planificado defectuosamente.
En este caso son dos hermanos que se encuentran en una situación económica desesperada y piensan haber dado con la solución definitiva para resolverla. Andy (Philip Seymour Hoffman), un ambicioso ejecutivo adicto a la heroína y su hermano pequeño, Hank (Ethan Hawke), cuyo sueldo se va en el pago de la pensión a su exmujer, se proponen atracar la joyería de sus padres. Un atraco perfecto, piensan, que no necesitará ni pistolas ni violencia. Pero obviamente se equivocan.
El título viene de un viejo refrán irlandés, que calcula el tiempo que cualquier mortal puede pasar en el paraíso antes de que satanás venga a reclamar su alma. Pero en este filme los personajes ya le han vendido el alma al diablo y solo les queda esperar que ante la adversidad se ponga de su lado para resolverles sus problemas. El testamento fílmico de un maestro que merece la pena recordar.
Antes que el diablo sepa que has muerto
Dirección: Sidney Lumet.
Guion: Kelly Masterson.
Reparto: Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke, Albert Finney, Amy Ryan y Marisa Tomei.
