Whiplash.
Dirección: Damien Chazelle.
Reparto: Miles Teller y J.K. Simmons.
Cuenta la leyenda que el saxofonista Charlie Parker se convirtió en un músico de primer orden el día que Jo Jones, uno de los más grandes baterías de jazz de la historia, le humilló públicamente en una jam session tras lanzarle un platillo con muy mala intención. Bird lo esquivó, afortunadamente, y no volvió a salir a la calle hasta que dominó su arte. El director y guionista estadounidense Damien Chazelle se basa en esta anécdota -que obvia la posible exageración de alguno de los detalles- para construir la relación de un joven aspirante a músico -muy talentoso, pero inseguro- con su arrogante -aunque sabio- maestro, y tiene la bravura de desarrollarla como una batalla épica -con un sutil sentido del humor- que enfrenta a un héroe prematuro contra un villano poderoso. Dos actores en estado de gracia (el joven Miles Teller y el veterano J.K. Simmons) a las órdenes de un cineasta de apenas treinta años con un gusto exquisito y una carrera prometedora.
