Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, es un forofo del Madrid. Nunca lo ha ocultado, de la misma manera que Zapatero presume de “culé”. Cataluña, por otra parte, con frecuencia se identifica con los colores blaugranas, sobre todo cuando el Barça juega contra el Madrid, y más si ocurre –como ahora- cuatro veces en menos de veinte días. El empate inicial en el Bernabeu parece que le da ventaja a los barcelonistas, pero como también ocurre en las elecciones –más allá de las encuestas-, nunca se pueden descartar las sorpresas. En medio de la pasión futbolística, mayor para muchos que la Pasión con mayúsculas de la Semana Santa, el merengue Rubalcaba, en su camino hacia la candidatura socialista a las próximas elecciones, ha empezado su campaña por Cataluña, mejor dicho, por Barcelona, uno de los tradicionales graneros de votos del socialismo desde hace muchos años. Sin Cataluña y sobre todo sin Barcelona, el PSOE tiene pocas opciones de ganar unas elecciones, sobre todo cuando también está a a baja en Andalucía. Pero, antes los apoyos de los socialistas del Principado y de la Ciudad Condal también serán decisivos para elegir al sucesor o a la sucesora de Zapatero como cartel electoral del PSOE. Además, para complicar el asunto, una catalana, Carme Chacón, está en la carrera. Por eso, no es ni mucho menos casual que Rubalcaba haya empezado, aunque con sutiliza, su campaña por Cataluña, reunión incluida con el honorable Artur Mas, aunque sea para hablar del espinoso asunto de la financiación. Las soluciones al déficit de Cataluña no son sencillas y todo el mundo lo sabe. El Gobierno de Zapatero, además, está en una de esas complicadas encrucijadas. Está obligado a atender a su clientela catalana y también a la de resto de España. Por lo tanto, debe alumbrar una solución para los problemas económicos catalanes sin que en el resto del país parezca que hay trato de favor y al revés. Otra vez, una especie de sudoku casi imposible. Rubalcaba lo sabe, pero también es consciente de que lo mejor que puede hacer es acercarse a Cataluña aunque de momento sea solo para hablar. Necesita dos complicidades, la de CiU para el Gobierno de Zapatero y la de sus conmilitones para su candidatura. Por eso también, mientras toda la atención se centra en los Madrid-Barça, también ha hablado y habla mucho con José Montilla, el todavía jefe de los socialistas catalanes quien, a pesar de su derrota en las últimas elecciones, todavía quiere ser parte y juez. El lío para los socialistas en Cataluña no es menor. Hay una candidata de sus filas y otro que también atraer a muchos. Por eso, para ellos –y sin duda también para Rubalcaba-, lo mejor sería una candidatura conjunta de Rubalcaba y Chacón y después de las próximas elecciones generales, que ocurra lo que tenga que ocurrir. Sin embargo, también en política, hay oportunidades que solo se presentan una vez y hay que aprovecharlas. Carme Chacón no es la única que puede pensar eso y, por lo tanto, también aquí todo es posible. Además, aunque ahora hay saturación, partidos entre el Barça y el Madrid hay por lo menos dos todos los años. Las oportunidades se le presentan a un político o política de ser aspirante a la presidencia del Gobierno son casi infinitamente menores. Algunos, en el PSOE y el PP, lo intentan sin éxito hace años. Seguir leyendo