La ballena azul

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Una nueva insensatez esta en el candelero mediático. Se llama la ballena azul y consiste en recibir una serie de mensajes imperativos que compelen al sujeto (adolescente) ha hacer determinadas cosas para acabar, absurda e inevitablemente, con el suicidio del “jugador”.

Fue en 2013, en Rusia, cuando sonó la primera alarma. Al menos 130 chicos se suicidaron siguiendo la ruta que marcaba la Ballena Azul, juego que circulaba en VKontakte (equivalente al Facebook en Rusia, muy popular entre adolescentes).

Las autoridades descubrieron que constaba de 50 pruebas que los participantes debían ir superando. Arrancaban con cuestiones sencillas, como por ejemplo hacer un dibujo del animal, seguían con ver películas de terror un día entero, para subir el tono enseguida hasta pedirles acabar con su vida.

En diciembre de 2016 la Policía detuvo a Philipp Budeikin, de 21 años, al que acusaron de ser uno de los cerebros detrás de la Ballena Azul. En entrevista con SaintPetesburg.ru, confesó que lo diseñó para “limpiar la sociedad” a la que dividió entre “gente y residuos biodegradables que no tienen valor”.

Visto lo visto, estaríamos de nuevo ante un sujeto desequilibrado (muy probablemente enfermo de un trastorno psicótico del espectro paranoide) cuyo mensaje ha calado entre adolescentes muy inmaduros, inestables y con necesidad de pertenencia a un grupo que entienda sus miedos y sus frustraciones.

Poco a poco “el líder” (con probables síntomas psicóticos de grandeza y de mesianismo) llega a “abducir” y “manipular” el pensamiento frágil de los menores pudiendo de esta forma manejarles a su antojo. A partir de ese momento ya no deciden ellos sino que les viene impuesta, y el paso al acto final solo es cuestión de poco tiempo.

Este tipo de  salvajadas no son nuevas, lo novedoso es el medio, pero no el fondo, ese ya lo conocemos. ¿Recuerdan lo ocurrido en la Guayana Francesa hace bastantes años donde se suicidaron 900 personas a la vez?, pues estamos ante algo similar.

En psiquiatría se ha llamado “folieux a deux”, “locura inducida”, o “locura contagiada” a aquellas conductas en las que el sujeto mas enfermo es el que actúa de líder. Generalmente se trata de un psicótico con rasgos psicopáticos, este vuelca todo su poder de manipulación y de presión sobre otros seres mas débiles y sensibles, a los que llega a condicionar en su conducta, hasta el punto de poner en jaque incluso la propia vida.

Como les decimos esto no es nada nuevo, pero si se ha producido un cambio importante en los medios y formas en los que se desarrollan los acontecimientos. Las redes sociales que tantas ventajas nos aportan, tienen también su parte negativa. Hay que prestar exquisita atención al manejo que, sobre todo los mas jóvenes, hacen de ellas.

Es perentorio conocer lo que los menores hacen con ellas, con quien se relacionan, que contenidos son los que mas miran, que tiempo emplean para ello. La intimidad de un menor debe ser parcial, como parcial es también su grado autonomía. Los hechos parecen darnos la razón y los psiquiatras tenemos la obligación de advertir de lo peligroso que puede llegar a ser estos juegos “malditos”.

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