¿Es el tribunal del jurado la mejor opción para casos mediáticos?

Han pasado dos largos años desde que se encontró el cadáver de la niña Asunta Basterra Porto, cuando han saltado a los medios las primeras imágenes de sus padres sentados en el banquillo imputados (hoy encausados tras la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) por asesinato. Los expertos hablan de unos veinte días de sesiones en los que veremos declarar a unos y a otros, ante la mirada expectante de nueve ciudadanos que tendrán la responsabilidad de decidir el futuro de estos padres. Y aunque hay una opinión general con un claro veredicto de culpabilidad preformada, siempre caben las sorpresas.

Confieso que como psiquiatra forense me resulta a fecha de hoy un enigma el móvil de este asesinato, enigma que espero y deseo el plenario que se esta realizando en Santiago nos ayude a despejar. Veremos lo que nos cuentan los encausados, los testigos directos e indirectos y los peritos ya sean públicos o a instancia de parte. Oiremos con atención las preguntas y alegatos de defensa y acusación particular y publica. Y por último recibiremos el veredicto del jurado popular, institución polémica y cuestionada, que en esta ocasión tendrá la compleja misión de abstraerse de todo lo visto y oído hasta el momento, y dirimir la existencia de culpabilidad o inocencia de Rosario y de Alfonso.

Si cualquier crimen es siempre repugnante y deleznable ya que coloca al ser humano en una situación de irracionalidad, el asesinato premeditado y con alevosía de un hijo es una conducta que a mi modo de ver va siempre de la mano del desequilibrio o anormalidad psíquica. El caso de Asunta Basterra Porto es un caso inaudito desde la óptica forense y sumamente “interesante” desde la perspectiva clínica.

Veremos si la cuestionada y polémica institución del jurado es capaz en esta ocasión de abstraerse de toda la abundantísima información mediática previa, y centrarse solo en las pruebas, dejando a un lado lo que han visto y oído y lo que siguen viendo y oyendo, ya que el preceptivo aislamiento no existe y siguen recibiendo mensajes de todo tipo.

Veremos si el jurado es capaz de no dejarse manipular o seducir durante todo este periplo de largas sesiones por los exposiciones de defensas y acusación intentando llevarse legítimamente cada uno “el ascua a su sardina”.

Veremos si el jurado es capaz de entender y apreciar las diferencias jurídicas sutiles que un caso complejo como este conlleva y desenmarañar los informes periciales, dándoles sólo el valor real que tienen.

Veremos si el jurado es capaz de no dejarse impresionar por la retransmisión en directo que todas las televisiones vienen haciendo del proceso, por los mas de cien periodistas acreditados para la ocasión y por el minucioso análisis que en diferido tertulianos y comentaristas de todo el mundo están haciendo.

Veremos si estos nueve profanos en derecho constituidos como tribunal del jurado pueden hacer un papel digno y poner el punto y seguido, que no final, a una historia sórdida, macabra y triste que nunca debió de producirse.

 

 

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