En la URSS vivían mejor

En el corazón de Asia, cinco repúblicas exsoviéticas (Kazajstán, Uzbekistán, Turkmistán, Tayikistán y Kirguizistán) se encuentran conmemorando estos meses el vigésimo aniversario de su independencia. Todas ellas comparten una serie de características como la cultura turca, la ruta de la seda y el haber sido el escenario del famoso ´Gran Juego´ que enfrentó a los imperios ruso e inglés por los recursos energéticos durante buena parte del siglo XIX. Sin embargo, entre sus ciudadanos impera el desánimo. Y es que, desde que se separaron (de manera forzada) de la madre patria, todo han sido problemas: una clase política corrupta y autoritaria; violentos litigios entre laicos e islamistas; fronteras compartidas con el avispero de Afganistán; escasez de recursos básicos…

Kazajstán, el consentido de Occidente

En el vasto y despoblado territorio kazako, habita una de las dictaduras más vetusta del mundo, la de Nursulatan Nazarbáyev. El que fuese hombre fuerte y colaborador de Gorbachov en los últimos suspiros de la URSS, inició su mandato adhiriéndose al Tratado de No proliferación Nuclear y ratificando el Acuerdo START-1. Esta progresiva desnuclearización del país, unida a una cierta estabilidad y a ser considerada la región un enclave geoestratégico, le han valido al gobierno de Nazarbáyev para que los países Occidentales hagan la vista gorda con sus irregularidades, que no han sido precisamente pocas. Véase las cuentas bancarias ocultas del presidente que se han descubierto en Suiza, o los escandalosos amaños electorales que se suceden cada vez que hay elecciones. Pero, sin duda, lo más preocupante del asunto son los asesinatos selectivos de los opositores como el del líder Altynbek Sarsenbayev, encontrado muerto a balazos unas semanas antes de las votaciones presidenciales. Sucesos que, por otra parte, apenas son mencionados por los medios nacionales dado que los dos principales grupos de comunicación (Alma-Media y Cavar) los controla la hija del todopoderoso presidente, Gulinga Nazarabayeva que, además, es quien dirige el órgano que dispensa los carnets a los periodistas.

Pero, como decíamos, poco le deben importar estas insuficiencias democráticas a Europa, cuyos países miembro decidieron dar al país el caramelo de presidir la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) en 2010, uno de los órganos europeos más importantes que, entre otras funciones, se encarga de velar por el respeto de los Derechos Humanos.

El Jefe de la Abogacía de la AECID y expresidente de la Comisión de Derechos Humanos de la OSCE, Jesús López Medel *, considera que la gran baza de Nazarbáyev es “el auge imparable de su economía” ya que, con un crecimiento del 8% del PIB, es el país que más crece en el mundo tras China, lo que ha permitido crear “una enorme clase media”, algo que el experto considera un “hito en la región”. Aún así, y tal y como declaró el investigador Mural Laumutin, un firme defensor de las políticas del presidente, “en Kazajstán existen diferencias socioeconómicas importantes entre las regiones. Por un lado hay regiones con una población rural predominante y una estructura industrial antigua y principalmente agrícola. Por otro, hay regiones con una gran proporción de población urbana, con yacimientos mineros y una industria competitiva.”

La eterna cruzada de Uzbekistán

Pero si la política de Nazarbáyev provoca escalofríos, la de su homólogo uzbeko Islam Karimov no se queda corta. Al igual que el líder kazako, Karimov lleva instalado en el poder desde antes incluso de que existiese el país como tal; todas las elecciones que ha ganado han sido tildadas de fraudulentas; y goza de una buena valoración en Estados Unidos. Pero la diferencia reside en que a Karimov no le tiembla el pulso a la hora de llevar a cabo sangrientas represiones. No hay más que ver la masacre perpetrada en 2005 en Andhizan, que causó casi mil muertos en un ataque dirigido a  los supuestos terroristas del Movimiento islámico de Uzbekistán (MIU), una organización formada por sunníes regionales, ha sido acusada por el presidente uzbeko de querer formar junto a chechenos y talibanes un Estado islámico en Asia Central. Acusaciones que desmiente Jesús López Medel, asegurando que Karimov siempre ha buscado subterfugios para “legitimar la violencia de sus acciones”.

Steve Swerdlow, Investigador de Uzbekistán de Human Rights Watch, y expulsado del país por su incansable lucha contra el clan Karimov, llegó a declarar lo siguiente: “Uzbekistán tiene uno de los peores historiales de derechos humanos del mundo. Es sinónimo de tortura en su sistema de justicia penal. Es conocido por el trabajo forzado infantil en el sector del algodón […] Uzbekistán ha estado jugando un papel crecientemente estratégico con Estados Unidos porque le permite trasladar material a Afganistán”.

A todo lo dicho habría que añadir la larmante corrupción que salpica a la práctica totalidad de la cúpula gubernamental que hacen de Uzbekistán el quinto país más corrupto según Transparencia Internacional.

Mención aparte merece la hija del presidente, la espectacular Gulnara Karimova, en cuyo currículum encontramos que ha trabajado como cantante de pop, karateca o modelo y que, actualmente, ejerce de embajadora en España. Puesto por el que recibió una avalancha de críticas al conocerse que era la dueña de Zeromax, un conglomerado de empresas registradas en Suiza, que se ha descubierto que canalizaba las comisiones exigidas para participar en negocios en Uzbekistán.

Delirios surrealistas en Turkmistán

El país -junto a Corea del Norte- más cerrado y opaco del mundo no es otro que Turkmistán. Una nación marcada por los quince largos años de mandato del egocéntrico, megalómano y extravagante Turkembasy Nyazov. Un hombre cuya figura estaba presente en cada calle, en cada esquina y en cada producto, ya fuesen botellas, murales, cuberterías o envase de bombones. Entre sus locuras figura el haber hecho coincidir el día de la fiesta nacional con su cumpleaños, escribir una obra (El libro del Alma) de obligatoria lectura para todos los habitantes y haber dictado una serie de normas caprichosas, como la prohibición de dejarse barba. Pero lo que más chirriaba de su mandato eran las inmensas fortunas que dilapidaba en construir colosales mezquitas con aforo para miles de personas o las decenas de esculturas talladas en oro que ordenó construir a imagen y semejanza suya mientras su pueblo vegetaba en medio de la inmundicia (60% por debajo de la tasa de pobreza).

Tras su muerte natural, Gurbanguli Berdimujamédov, un hombre cercano a Nyazov que trabajaba como dentista y que le había asistido en el lecho de su muerte, le sustituyó en el poder. En el día de su investidura estuvo López Medel, en una ceremonia a la que solo asistieron “dos políticos más y un periodista de Reuters que se había tenido que colar sorteando las montañas”.

En la actualidad, poco o nada se sabe de lo que acontece dentro de sus fronteras. Según una investigación del comité de protección al periodista, Turkmistán es uno de los diez países con mayor censura del mundo puesto que todos los medios están absolutamente amordazados, el proveedor de servicios de Internet es propiedad exclusiva del gobierno y se impide la entrada y desarrollo de las organizaciones proderechos humanos.

El hecho de que Turkmistán esconda la quinta mayor producción de gas y que cuente con el inexpugnable respaldo ruso dificultan la aplicación de sanciones eficientes.

El infierno se llama Tayikistán

La miseria hundida en la miseria. Esa es la realidad de los tayikos, la nación más pobre de la región, que cuenta con una renta per cápita inferior a los 400 dólares y una tasa de desempleo que ronda el 40%. Este frondoso país, malvive de los ingresos que da el opio, droga cultivada en Afganistán pero comercializada en Rusia, que se cree que el Gobierno trafica con ella.

Tras su separación de la URSS, se desencadenó una cruenta guerra civil entre comunistas e islamistas que se saldó con la victoria de los primeros gracias al apoyo brindado por Rusia y Uzbekistán. En 1997 se inició el mandato de Emomali Rahmon, otro autoritario presidente que, a día de hoy, continúa en el poder y que acaba de modificar la constitución con el objetivo de permanecer en lo más alto hasta el año 2020. En una conversación descubierta gracias a los cables de Wikileaks, el embajador británico aseguraba que el gran problema de Tayikistán es se “venal” presidente ya que “él y su familia controlan los principales negocios del país incluido su mayor banco, y protegen sus intereses comerciales como sea”.

Además, la ONG Amnistía Internacional, hace un llamamiento a la situación de indefensa de las mujeres. Según su último informe sobre el país, entre un tercio y la mitad de la población femenina ha sufrido violencia física, psicológica o sexual a manos del esposo u otro miembro de la familia en algún momento de su vida.

 

Kirguizistán, la esperanza

El pequeño Kirguizistán ha demostrado al mundo que sus ciudadanos son gente con sangre en las venas y que no están dispuestos a tolerar las injusticias. Sirva de ejemplo las dos revoluciones que han tenido lugar en menos de cinco años. La primera, la ´Revolución de los Tulipanes´, nacida al calor de las revoluciones de colores, depuso a Akáyev. La siguiente, la conocida como la ´Revuelta de Osh´ tuvo como objetivo derrocar al mismo hombre que había liderado a su pueblo en la anterior revolución, Bakíev, cuyo gobierno también había terminado por corromperse.

Con la subida al poder de la presidenta Roza Otunbayeva y sus modales democráticos parecía que las aguas habían vuelto a su cauce, pero nuevas tensiones surgieron tras las explosiones de violencia en la ciudad de Osh, que tuvieron como consecuencia decenas de muertos y miles de edificios destruidos. El alcalde de dicha ciudad, el ultranacionalista Melis Myrzakmatov, aprovecharía las circunstancias para reclamar más poder a esta región del sur y pedir la dimisión de la presidenta, acusándole de “inepta.”

Superada esta crisis, el próximo reto tendrá lugar el próximo mes de octubre, cuando se celebren las próximas elecciones. La presidenta Otunbayeva se ha comprometido a la retirada del poder presidencial por la vía pacífica. Acto mirado con recelo por Rusia, pero que podría sentar un importante precedente en una región que quiere dejar de ser un mero juego de sus dirigentes.

*Jesús López Medel es autor de A Long Quest for Freedom. Fifteen Ex Soviet States in Search Their Individual Identities (2010) y Gorbachov, ocaso y caída del imperio rojo (2011), junto a R. Mañueco y con prólogo de M. Gorbachov.

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