¿Qué tal estáis? ¿Cómo ha ido el mes de Mayo? Espero que muy bien. Por aquí todo estupendo, ha sido un mes intenso pero muy productivo aunque, lejos de mis asuntos personales, me gustaría empezar hoy felicitando a todas las madres del mundo y en especial a mi querida mami por… Por muchas razones (¡y a mi padre también!) Sé que es tarde, que fue a inicios de mes “el día de” pero en Japón y yo vamos por libre y cualquier día es válido para este tipo de cosas, ¿no os parece?
Día de la Madre en Japón, detalles en el supermercado
A diferencia de España, el día de la Madre en Japón se celebra el 8 de Mayo. No es el primer domingo del mes sino el segundo. Como en todas partes, siempre hay detalles y los comercios se preparan para hacer un buen día de ventas pero me llevé una grata sorpresa cuando sólo ese día, en el supermercado al que voy habitualmente, habían colocado pegatinas en todos los productos felicitando a las madres.
“Mamá, siempre gracias”, pone literalmente en japonés.
Perro de palomitas
¿Cómo os imagináis una tienda de palomitas en Japón? Hay de todo tipo pero lo más normal es un mostrador y poco más ¿no? Pues el otro día paseando por Omotesando, en Tokio, me encontré con este escaparate: unos perros hechos de palomitas.
Me acerqué hasta ese punto porque había un grupo de gente haciendo fotos y ¡sorpresa!
Coche con pestañas postizas
No me va mucho lo de tunear los coches. Quizá pequeños detalles pero no en exceso y depende del gusto del conductor. Pero, ¡oigan! para gustos, colores y que cada uno haga lo que quiera 
Pues bien, después de este “grito libertario” quiero que veáis esto:
Es un coche que me encontré en el aparcamiento de un restaurante en Okinawa. Como se puede observar, ¡le han colocado pestañas postizas en los faros!
Y no unas pestañas pequeñas, no. En esta segunda imagen podéis ver apreciar la longitud 
¿Qué os parecen? A mi me resultaron muy simpáticas y no sé si se las pondría a mi coche pero no lo descarto…
Animales comestibles
Hay quien opina que Japón debería trabajar más sus dulces. No los tradicionales (que los hacen con alubia) sino los que se parecen a los que tenemos en Occidente. Pero yo, la verdad, no soy de esa opinión: la masa, las texturas y los sabores -no siempre súper dulces- me parecen fantásticos, por eso no me pude resistir y me comí una tortuga y un oso panda.
Que no falte nunca comida en este rinconcito ¡y no os cortéis! Tengo para todos.
Feliz mes de Junio… ¡FELIZ VIDA!
