PP e impuestos. No tan distantes

El PP repite que no subirá los impuestos. Hacerlo, dice, disminuiría los recursos de las familias, que dejarían de dedicarlos al consumo y de dinamizar así la economía. En general, considera que para reducir el déficit es más eficaz apostar por severas medidas de austeridad que recaudar vía tasas.
Sin embargo, el presidente de Extremadura y su defensa del impuesto sobre el patrimonio que otras comunidades del PP ya han anunciado que boicotearán no es el único que parece que empieza a pensar diferente.
Rajoy tiene en mente una “gran reforma fiscal” y los expertos empiezan a ver señales de que la distancia entre el PP y los impuestos se acorta. El PP ya no promete bajar los impuestos -si acaso, el de sociedades- y la expresión “incrementar la base tributaria” que ya se escucha a sus responsables económicos es vista como un “globo sonda” para ver qué cómo se reaccionaría a un cambio fiscal más amplio.
Por otra parte, el PP escucha a expertos que abiertamente apuestan por la subida de impuestos como la única manera que tiene la maltrecha economía española de alcanzar el déficit cero.
Uno de ellos es Jesús Fernández-Villaverde, profesor de Economía de la Universidad de Pensilvania y autor del informe “La desagradable aritmética del ajuste fiscal”. De manera clara y didáctica, explica cómo España cerró sus cuentas de 2009 con un déficit del 11,19% después tener en 2007 un superávit de 1,9% y qué habría que hacer para desandar el camino hacia la estabilidad presupuestaria.
Los cálculos que hace Fernández-Villaverde pasan por confiar en una leve recuperación económica que elimine la parte del déficit debido a causas inherentes a la crisis. El casi 7% restante que estima se debe a decisiones políticas podría recortarse recuperando parte de la recaudación (no toda) que se perdió con el estallido de la burbuja inmobiliaria, con la reducción del gasto por subsidios de desempleo (porque se agotará o se sustituirá por ayudas de menor cuantía) o por ahorro en sueldos de funcionarios y otros capítulos. Aún así, sería difícil cuadrar las cuentas debido a los altos intereses de la deuda y a las transferencias a las comunidades autónomas (que da por supuesto se gastarán todo) que contempla el nuevo sistema de financiación autonómica.
Llegados a este punto, en que Fernández-Villaverde cree que aún quedaría un déficit del 4 al 7%, habría que afrontar “cosas realmente desagradables” como recortes en gastos sanitarios, educación y trabajadores públicos, que considera difíciles de sostener y defender; también cortes en inversiones y ahorro en cuestiones tales móviles, viajes y coches oficiales. “Siendo optimistas” y recortando un 1% de cada capítulo (funcionarios, inversión pública y todo lo demás), queda alrededor de un 2,5% de déficit que este experto sólo cree posible reducir con más impuestos.
“Me parece que no nos queda otra baza que el incremento de impuestos (…) La triste verdad es que no hay mucho más remedio”, concluye.
Este informe, que nació bajo una óptica académica y fue difundido a través del blog del autor, tiene relación con las ideas del PP porque Fernández-Villaverde ha sido invitado en dos ocasiones a exponerlo en foros donde el PP toma ideas para elaborar su programa electoral.
En primer lugar, un economista de FAES le invitó a presentarlo en el Campus de verano de la institución. Después fue editado e incorporado a su colección -también on line-, donde hoy se mantiene como documentos de referencia en economía A principios de este año, volvió a defender la subida de impuestos en la convención nacional del PP en Sevilla, donde dio el pistoletazo de salida a la búsqueda de ideas para su programa electoral.

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