Las urnas y las lámparas de Aladino

Carles Puigdemont manifestó el martes 5 de septiembre que la convocatoria del referéndum no es ningún delito. Una cosa es que no esté tipificado como delito y otra cosa es el hecho que desde que un Tribunal declara la ilicitud del referéndum, la realización del mismo sí que constituye un delito (de desobediencia). Es más, nuestra legislación autoriza no sólo a los Cuerpos y Fueras de Seguridad del Estado sino a cualquier persona para que detenga “al que intentare cometer en este caso, con la colocación de las urnas) un delito”. Y, el que puede “lo más” (detener a una persona) puede “lo menos” (retirar/retener el medio, las urnas, para su comisión). Igualmente, si las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no prestaren el auxilio requerido por la Autoridad Judicial, incurren también en un delito de desobediencia.

Este verano se ha conocido la decisión de la Corte Suprema de la India declarando la inconstitucionalidad del divorcio express, una práctica consistente en dar por disuelto el vínculo matrimonial pronunciando tres veces la expresión: “me divorcio”. ¿Se habrá inspirado la desconexión express del gobierno catalán en el el divorcio express? ¿Habrán adquirido las urnas o las lámparas de Aladino en la India? Si la Corte Suprema de la India pese al sobrepeso de toda la mezcolanza de religiones ha declarado la  inconstitucionalidad del citado divorcio express, ¡qué no menos hará nuestro Tribunal Constitucional dentro de un sistema jurídico plenamente garantista!

Toda la actuación del gobierno catalán se enmarca en el museo de las transgresiones dentro de un auténtico y burdo fraude de ley. Probablemente cuando el legislador reguló en 1974 el fraude de ley no pudo imaginar (pero cabe en su redacción) una mente tan torticera como la del gobierno catalán. En efecto, el fraude de ley implica la utilización de una norma (se sobreentiende preexistente) para eludir la aplicación de otra normativa pero el gobierno catalán no sólo da un paso más sino todo un salto olímpico (y Oriol Junqueras dice en una entrevista en La Razón : ” no nos saltamos nada y menos la ley “) pretendiendo la elaboración de una legislación ad hoc (Ley del Referéndum y Ley de Transitoriedad) para utilizarla como seudonorma de cobertura para seudoeludir la aplicación de la Constitución.

Si a la coordenada temporal del gobierno catalán de situarse en una época de hace unos 300 años (absolutismo político) se le une su coordenada espacial (la India), ello provoca que tal dimensión espacio-tiempo les curve la mente hasta el infinito traspasando los límites del pluralismo político y entrando en el libertinaje político prescindiendo de  nuestra Constitución. Del salto olímpico se pasa, así mismo al salto estratosférico y fuera de toda órbita cuando, frente al discurso pronunciado en la apertura del año judicial así como del pronunciamiento del Tribunal de Cuentas, el gobierno catalán los calificó de amenazas. Salvo en el mundo de la fantasía de Aladino, anunciar la mera aplicación de la Ley, aún con todo su rigor, no constituye ninguna amenaza.

Hace pocos días, Carles Puigdemont sacaba pecho de que el Estatuto ha sido aprobado por dos Parlamentos (entendiendo que le da vía libre para todo así como para provocar un choque de trenes). Lo que evidencia el señor Puigdemont es la mente buRRocrática de quienes consideran que un documento/norma (Estatuto) tiene mayor valor  cuantos más sellos (léase, Parlamentos lo aprueben) tenga. El Estatuto, por muchos Parlamentos que lo hayan aprobado, permanece en el ámbito de la legalidad ordinaria sometida a la legalidad constitucional. Por mucho que frotes las urnas o las lámparas de Aladino, no vas a sanar ni convalidar la ilicitud constitucional.

Si durante el 17-A no era el momento para otras cosas, tampoco, ahora, es el momento para otras cosas. Pedro Sánchez mostró su apoyo al Gobierno pero volviendo a sacar el tema  de “sus naciones”. Indicó que nuestro refranero dice que “lo que no te mata, te hace más fuerte” (en relación a lo padecido desde el octubre rojo). Se desconoce en qué le habrá fortalecido pero en modo alguno en punto a la mente. Señaló que Cataluña, País Vasco y Galicia han mostrado una intencionalidad de constituirse en “naciones”. Se ha de observar que la aptitud para constituirse en nación no deriva del querer ser nación ni del querer la Luna sino de su adecuación a la legalidad. Los seres y las naciones venimos “determinados” (en el sentido de estructurados) desde el nacimiento y desde éste, nunca han sido naciones. Los árboles (“sus naciones”) no le dejan ver, a Pedro Sánchez, el bosque (España).

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