En unas semanas comprobaremos si La ciudad de las estrellas se confirma no solo como el fenómeno cultural (y social, pero esa es otra historia) de la temporada, sino también como una de las películas más premiadas en la historia de los Óscar. O, por el contrario, su magia se diluye de forma repentina en la noche más estrellada de la ciudad que retrata.
Mientras tanto, merece la pena recorrer la corta e incisiva carrera cinematográfica de su director y guionista, Damien Chazelle, un tipo de 31 años al que Hollywood ha abrazado como heredero legítimo de la tradición y emblema de una renovación cinematográfica.
En este enlace se puede ver una yuxtaposición de sus dos Whiplash, la película con la que se dio a conocer y su cortometraje rodado precedentemente: una descripción gráfica del sintagma “ideas claras”. En este otro enlace hay una recopilación de influencias y homenajes que Chazelle ha practicado en la puesta en escena de La ciudad de las estrellas.
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